Tripulaciones
En el período del que se dispone de más datos, la media de tripulantes en cada barco es de poco más de 50. En general, no se solía pasar de esta cifra y solo un 14 por 100 de los barcos registrados contó con más de 100 tripulantes. En un principio, las tripulaciones estaban formadas por gente de mar. No obstante, el auge del corsarismo hizo que en ciertos períodos gentes del interior de la isla, sin experiencia marinera previa, se fueran sumando a la actividad corsaria. Inmigrantes, y hasta prisioneros, acabaron también formando parte de las tripulaciones.
Armamento
Especialmente en los «períodos ingleses», los barcos corsarios iban bien provistos de artillería, con cañones que disparaban proyectiles de entre cuatro y veinticuatro libras. Como es lógico, su número dependía del tamaño y desplazamiento de la embarcación. Además de cañones, todos los corsarios montaban «pedreros», piezas de bronce o hierro de pequeño calibre y cortas dimensiones que disparaban metralla o proyectiles de tres libras. se cargaban por la culata y eran muy apreciados porque su impacto no tenía gran efecto sobre el casco del barco enemigo, pero sí podía afectar grandemente al aparejo y a la tripulación.