Táctica y ámbito geográfico
Los corsarios menorquines actuaron en todo el Mediterráneo occidental, aunque principalmente en el área comprendida entre España, el norte de África, sicilia, Córcega y Cerdeña. Esporádicamente, y como ya se ha citado, se produjeron incursiones en el Atlántico, Báltico y mar del Norte.
El 75 por 100 de los corsarios tuvieron por base el puerto de Mahón, aunque también los hubo basados en Ciudadela, en el otro extremo de la isla, e incluso hubo corsarios menorquines que utilizaron preferentemente como base Gibraltar o algunos puertos italianos (Alguero, Cagliari, Génova o Livorno).
En cuanto a la táctica, hay que tener en cuenta que el objetivo principal del corsario no era destruir o dañar al enemigo, sino que más bien había que capturarlo con los menos daños posibles, tanto en el barco como en la carga y en la tripulación. Por ello, puede decirse que iban «sobrearmados» a efectos disuasorios, ya que lo primero era intentar que el enemigo se rindiera sin luchar. Es significativo señalar que no llegaron al 20 por 100 las bajas sufridas por los corsarios en combate. Las enfermedades, accidentes y naufragios tuvieron bastante más importancia. Por otra parte, el principal recurso del barco interceptado, normalmente en inferioridad de armamento, era huir, por lo que se comprende la necesidad de disponer de barcos veloces.