Financiación
El corso menorquín estaba organizado como una auténtica empresa comercial. El procedimiento era constituir una sociedad cuyos principales accionistas solían figurar como el armador y el capitán del barco corsario. Esta sociedad adquiría el barco, lo equipaba y contrataba a la tripulación. Personas de todos los niveles sociales y económicos, incluido el clero, participaron en Menorca en estas sociedades corsarias. El beneficio obtenido con la venta de las presas conseguidas se repartía puntualmente entre los accionistas de la sociedad.
Barcos
Se armaban, por lo general, barcos pequeños y rápidos, siendo los jabeques los que resultaron más efectivos. Aunque la eslora de este tipo de embarcación, muy utilizada posteriormente por la Real Armada, osciló históricamente entre los 22 y los 66 m, parece que los jabeques corsarios estaban más cerca del límite inferior que del superior. Como es sabido, eran barcos de líneas finas y dos o tres palos, con bauprés y vela latina, con gran superficie vélica y muy maniobreros.