El Castillo de San Felipe y el nacimiento del municipio de Es Castell

La historia del pueblo de Es Castell, se remonta en el siglo XVI, todo y coincidiendo con el asalto y saqueo del pirata otomano Keir Eddin Barba-roja, hecho producido en el 1.535. Del resultado de este suceso, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania, decretó por la Real orden de 13 de julio de 1.554, la edificación de una fortaleza en la bocana del Puerto de Mahón para su defensa. Los terrenos elegidos fueron la posesión de “Torre d’en Serra” propiedad de Pau Serra, jurado mahonés.

Fue tan importante la edificación de este Castillo llamado “de San Felip”, que participó gente de toda la isla; canteros, albañiles, carpinteros, obreros… Estas personas hacían toda la semana trabajando y eso hizo que se edificasen barracas en los alrededores de la obra para pasar la noche. Estas barracas con el tiempo se convirtieron en casas y las casas en un pueblo, tal y como veremos a continuación.

A este núcleo poblado se le denominó “Raval del Castillo de San Felipe” y se encontraba justo a las puertas de la fortaleza. La población que habitaba el pueblo eran las familias de soldados y los propios militares que defendían el Castillo.

Los historiadores locales coinciden que primero los alojaron dentro del castillo pero muchos de ellos eran soldados casados y pronto faltó espacio para alojar a sus familias. De esta manera, se aprovecharon las edificaciones de los obreros para alojar a dichas personas. Con el tiempo, la expansión urbanística llegó al extremo que desde los tejados de las casas casi se podían tocar las paredes de la fortaleza. Tanto era así que en el año 1.679 se procedió al derribo de las casas que estaban más próximas al castillo y se formó de esta manera una pequeña explanada entre la fortaleza y las casas. Aún así, la falta de alojamiento provocó nuevamente su construcción, ahogando nuevamente la entrada de la fortaleza. En el año 1.685, ya residían en la zona cerca de 3.000 personas.

A principios del siglo XVIII, se desata la guerra española para la sucesión a la corona que enfrentó a austracistas y borbónicos en una guerra fratricida. Menorca no se quedará al margen y el Raval también jugará su papel cuando en el 1.709 los austracistas hacen servir la cobertura para atacar el Castillo. Este primer enfrentamiento y posterior ataque británico en el año 1.713 (que derivó en la primera dominación británica de Menorca), fueron dos hechos suficientemente convincentes para que, a partir del año 1.719, se trasladara el Raval 500 pasos más lejos, para intentar evitar que se aprovechasen las casas como eventual muralla para volver a atacar la fortaleza.

Durante la primera dominación Británica de Menorca (1.713-1756), no disminuyeron los privilegios de los habitantes del Raval y las intenciones de los recién llegados era la de arrasar este núcleo porque era muy perjudicial para la seguridad de la fortaleza y, además, porque sus habitantes habían sido fieles a los borbónicos.

Por lo tanto, el nuevo Raval (como se denominó a partir de entonces) vuelve a crecer desmesuradamente ya que estaría habitado por los “Ravalencs” y por las familias de los soldados recién llegados. Así, llegamos al 1.756 y Europa se encuentra inmersa en la guerra de los siete años, Francia decide la invasión de Menorca y otra vez el Raval juega su papel. Las casas vuelven a servir como muralla para atacar el Castillo y tomar la Isla. Las autoridades francesas estaban convencidas que el Raval debería ser demolido, pero no lo llevaron a cabo por la falta de alojamiento de las numerosas tropas.

Finalmente, Menorca vuelve a Inglaterra por la paz de Paris del 1763, y ahora sí, a partir del 4 de febrero de 1.771, tras la publicación del Band del general Moystin y habiéndose ya trazado la nueva población a la actual ubicación según diseño del ingeniero Mackellar, los pobladores del Raval son obligados a colonizar la nueva “Georgetown” en honor al Rey Jorge III de Gran Bretaña, nombre que le fuera cambiado el 1.782 por “Villa Real de Carlos III” Villacarlos, y, a partir del año 1.989, recobró la denominación popular de Es Castell.