En la segunda mitad del siglo XVIII, Catalina II de Rusia mostró un especial interés por la adquisición de la isla de Menorca. En este afán toman sentido las continuas visitas que realizaba la flota rusa a Mahón, durante la segunda dominación británica. Recordemos, por ejemplo, la más conocida; la que realizó el almirante Spiridoff en 1769, en el curso de la cual murió su hijo Andreas, que fue enterrado con toda pompa en la actual iglesia católica de la Concepción en la calle del Cos de Gracia de Mahón, entonces dedicada al culto ortodoxo.
También resultaba inquietante la presencia en Menorca de una crecida colonia de súbditos rusos de origen griego, que podían ser considerados verdaderos quinta columnistas en caso de agresión de la potencia rusa. Además, entre los miembros más conspicuos de la colonia se encontraba la influyente familia de los Alexianos, dos de cuyos miembros eran altos oficiales dela Marina Imperial Rusa. Todo muy significativo. Como también,que al ser recuperada la isla para la corona española en 1782, todos lo griegos fueron expulsados, si exceptuamos a la familia de Teodoro Ladico.