Castillo de San Felipe, Consorcio Militar
El pirata Barbarroja y el “año de la desgracia”
Jul
El 4 de septiembre de 1535, en pleno poderío otomano en el Mediterráneo, el pirata Barbarroja, en venganza por el asalto a la ciudad de Argel por las huestes de Carlos I, entró por la rada de Mahón, arrasó la isla y se llevó a 800 rehenes de Menorca a Constantinopla para venderlos como esclavos. Debido al temor continuo, los menorquines pidieron amparo al rey Felipe II. El monarca ordenó la construcción de un fuerte de simple fortificación en un promontorio en la bocana del puerto de Mahón pero, como condición, ordenó que los mismos lugareños lo construyesen.
En la orilla sur de la bocana del puerto de Mahón se levantó, a mediados del siglo XVI (1554), según la traza del ingeniero italiano Juan Bautista Calvi, el castillo de San Felipe. Se trataba de un castillo con cuatro baluartes unidos por cuatro cortinas, rodeados por un estrecho y profundo foso excavado en la piedra.
La primera piedra fue colocada el 1 de mayo 1554, festividad de San Felipe Neri, y cuatro años después de iniciada su construcción (1558), su artillería rechazó el intento de desembarco en el puerto de Mahón de Pialí Mustafá, quien, al ser rechazado, decidió atacar Ciudadela, capital de la isla, situada en la parte de Poniente. La capital sufrió un demoledor ataque turco, que marcó a la citada villa en la Historia para siempre. Es conocido en Menorca aquel año como el “año de la desgracia”.
Se tardaron 30 años en terminar la construcción del fuerte: canteros y picapedreros realizaron un extraordinario esfuerzo, aun a costa de su salud, al tener que respirar continuamente el polvo del “marés” (piedra caliza del mioceno) y trabajar siempre a la luz de un pequeño quinqué. Extraían los cantones de las canteras subterráneas y a la vez construían galerías de vida y de combate que, en caso de ataque, utilizarían como refugios en el subsuelo.
Canteros y soldados vivían en un pueblo humilde construido por ellos (S’Arraval), a escasos metros del fuerte, ubicado donde se encuentra el actual cementerio de Es Castell.