El Diario Menorca publicó el pasado 6 de diciembre un artículo de Miguel Ángel Limón sobre el retorno de Menorca a la soberanía española. Dicho reportaje narra las vicisitudes de los menorquines que “se vieron forzados no a consumar una mera adscripción a una soberanía secular anterior, si no más bien a travesar una adaptación a una España que tenía que ver muy poco con el reino de los Habsburg, en realidad abolido a partir del 1.700 con el cambio de dinastía a favor de la Casa de los Borbones”.
El articulista asegura que fue una experiencia traumática para los habitantes de la Isla que costó sangre y lágrimas (revueltas y emigraciones) ya que entonces “España era reformadora, liberal y unitaria, políticamente isabelina, resuelta firmemente en modernizar las rancias estructuras del Antiguo Régimen, pero también a centralizarlo y uniformarlo todo hasta unos límites de asfixia para cualquier periferia, geográfica o jurídica”.
Prosigue el reportaje afirmando que “en los primeros 20 años del siglo confluyeron dos factores de gravedad extrema. Por un lado, la llamada Revuelta del Año Diez y, por el otro, la depresión económica de 1.820. Lo peor de todo, sigue, fue la destrucción del modelo económico de la reexportación y el mercantilismo naval”.