En Menorca a finales del siglo XVIII fueron construidas unas torres de defensa costera, por España primero, y por Gran Bretaña poco después. Las torres de España fueron dos, y once las construidas por Gran Bretaña, durante sus respectivas dominaciones de Menorca.
La construcción de las dos torres españolas se llevó a cabo rápidamente para defender la costa de la isla ante la amenaza de un ataque de la Regencia de Argel, en 1787. La fortaleza de San Felipe a la entrada del puerto de Mahón había sido demolida en 1782, por considerar el rey Carlos III que no era precisa la fortaleza para la defensa de Menorca, porque la proximidad de nuestras costas aseguraba la inmediata presencia de una fuerte guarnición española, ante la amenaza de un enemigo con bases alejadas de la isla.
Los ingleses echaron por tierra esta justificación conquistando Menorca sin esfuerzo, en 1798, al derrotar a la guarnición española, que no fue socorrida con la celeridad que se preveía. Las once torres inglesas, se levantaron cuando Inglaterra conquistó la isla por última vez, para bloquear la base naval francesa de Tolón desde el puerto de Mahón, y dominar el Mediterráneo, en la época en que Napoleón se imponía en el continente europeo. Gran Bretaña necesitaba dotar rápidamente de defensas a la isla porque la demolición del castillo de San Felipe la había dejado indefensa. La forma más acelerada era construyendo torres en los lugares escogidos de la costa, mientras se reconstruía la fortaleza, reconstrucción que se reveló muy dificultosa por las voladuras que había realizado el teniente coronel Guillelmi.
España, como hemos dicho había levantado dos torres, en la costa sudoriental de Menorca: Alcaufar y Punta Prima en 1787, para defender la isla ante la amenaza argelina; Inglaterra construyó once: Stuart, Felipet, Saint Claire, Erskine, Cala Mezquita, Rambla, Cala Molins, Fornells, Sargantana, Sa Nitja y Santandría, para proteger la isla de la amenaza napoleónica mientras reconstruía la fortaleza de San Felipe en el puerto de Mahón.
Las torres de Stuart (Penjat) y Felipet bordeaban la entrada del puerto de Mahón supliendo la acción de la fortaleza demolida de San Felipe. Fueron las primeras torres inglesas, subrayando la importancia que Gran Bretaña concedía al puerto de Mahón. Las otras dos de la península de la Mola: Saint Claire (Cala Taulera) y Erskine (Freus), se construyeron algo después para la defensa del puerto (para evitar un desembarco desde tierra por el istmo de los Freus). Este sistema de fortificación menor, pero más rápido y económico, dio tiempo a los británicos para reconstruir la demolida fortaleza de San Felipe.