Desde la toma de Menorca por el duque de Crillón la presencia de regimientos de infantería suiza de guarnición en Menorca fue habitual. Los regimientos helvéticos habían sido contratados por la monarquía borbónica española desde 1742 y, según su reglamento, debían renovar contrato cada 20 años. Dichas unidades adoptaban el cantón de donde procedían, seguido del de su coronel. Generalmente los regimientos suizos se encontraban de guarnición en Mallorca y pasaban a Menorca, relevándose cada cierto tiempo.
Así pues, para relevar al de Berstchard llegó el 4/12/95 el regimiento de Sant Gall mandado por el coronel graduado de Mariscal de campo, Cristóbal de Ruttiman, que se alojó en los cuarteles de Es Castell. Las vicisitudes de este regimiento cambiaron cuando el general Bonaparte invadió el cantón de Sant Gall en 1798 y destituyó al abad, que, además de primera autoridad eclesiástica, era su gobernante.
En ese momento y debido a las circunstancias, quedaron rotas las capitulaciones con España, y el coronel Ruttiman se hizo cargo del regimiento, firmando unas nuevas y denominándose desde entonces Regimiento de Ruttiman.