Menorca tomada por los ingleses

En septiembre de 1706 la flota aliada apoyó los alzamientos de la población de Ibiza y Mallorca para proclamar a Carlos como rey de España. Una vez conseguida la capitulación de los borbónicos, la flota se retiró a invernar en puertos atlánticos.

Al mes siguientes, los menorquines se debatían entre dos opciones: esperar la llegada de la flota aliada o alzarse ellos mismo. Optaron por la segunda, el levantamiento liderado por Juan Miguel Saura y Morell contó con amplios apoyos como las autoridades municipales, algunos aristócratas, casi todo el clero, profesionales liberales, artesanos y campesinos. El gobernador, Pérez de Nueros, se refugió en el castillo de San Felipe, que no fue sometida y siguió recibiendo suministros desde Cerdeña y el sur de Francia.

En enero de 1707, la flota francesa, al mando del conde de Villars, recuperó Mahón y poco tiempo después el resto de los municipios se rindieron sin luchar. Dos meses después, ante el conato de una nueva revuelta, el nuevo gobernador, Diego Leonardo Dávila, cesó a las autoridades municipales sustituyéndolos por borbónicos a los que recompensó con bienes y propiedades confiscados a los partidarios de Carlos. Por otra parte, inició una represión con condenas a muerte y a galeras, destierros y confiscaciones de bienes; así como la abolición de los privilegios de la ciudad.

En estas fechas, Inglaterra consiguió que Carlos firmara un acuerdo comercial. El gobierno británico, al margen de los holandeses, decidió amortizar sus inversiones en el conflicto. El tratado contenía la concesión del asiento de negros, lo mismo que Felipe V había otorgado a los franceses con la diferencia de que en éste el rey de España y el gobierno no tendrían ninguna participación, y concesiones al comercio inglés como la exención del pago de derechos de consumo en España, facilidades para el tráfico comercial con Marruecos y España, comercio directo con América en igualdad de condiciones con los comerciantes españoles pudiendo enviar anualmente diez barcos de quinientas toneladas y, por último, la creación de una Compañía formada por comerciantes de ambos países. Carlos tardó seis meses en firmar dicho acuerdo, a instancias de Viena por considerar excesivas dichas concesiones; sin embargo, el 10 de julio de 1707 lo firmaría porque necesitaba la ayuda de la flota inglesa para ganar la guerra.

El 14 de septiembre de 1708 dos flotas aliadas, procedentes de Cerdeña y Cataluña, al mando de Leake y Stanhope, tomaron Menorca sin ninguna resistencia y con el apoyo de la población. Quince días después, el castillo de San Felipe capituló. Stanhope restableció los privilegios de la isla, que serían ratificados por Carlos un año después, y nombró cargos entre los austracistas que apoyaron el desembarco. La reina Ana de Inglaterra, convencida de las ventajas comerciales que tenía Mahón, envió una flota para invernar allí.

Durante los años restantes de la guerra se estableció una dura discusión entre Inglaterra y Carlos sobre la soberanía de Menorca. De hecho, había dos gobiernos: uno en Ciudadela, presidido por Josep Izaguirri, nombrado por Carlos desde Barcelona; y otro en Mahón, presidido por Louis Petit, mano derecha de Stanhope.

Publicado por Jorge Díaz en “Historia de España”.