Menorca bajo dominio británico es el periodo de casi un siglo —el XVIII— de la historia de Menorca durante el que esta isla del archipiélago de las Baleares (España) estuvo bajo la soberanía de Reino de Gran Bretaña, desde su conquista en 1708 por una escuadra anglo-holandesa en plena guerra de sucesión española —y que por el Tratado de Utrecht de 1713 pasó a soberanía británica, así como Gibraltar— hasta el Tratado de Amiens de 1802 en que volvió a la soberanía de la Monarquía de España, excepto durante la guerra de los Siete Años (1756-1763) que estuvo ocupada por los franceses y entre 1782 y 1798 en que volvió momentáneamente a soberanía española.
En total, entre 1708 y 1802 la isla estuvo 71 años bajo dominio británico, 15 años en dominio español y 7 años bajo dominio francés.
Una de las huellas más importantes de la dominación británica se encuentra en la arquitectura. Los británicos fundaron la ciudad de Georgetown —hoy Villacarlos, (en catalán ‘Es Castell’, ‘El Castillo’)— a la entrada del puerto natural de Mahón y en la que se conservan edificios construidos según el estilo georgiano del siglo XVIII inglés. Asimismo es muy frecuente encontrar en las casas menorquinas, especialmente en Mahón, las típicas ventanas de guillotina inglesas o las tribunas llamadas boínders’ (‘bow window”).
Otro de los legados más notables se encuentra en el vocabulario y las expresiones del lenguaje que se habla en la Isla, el menorquín, que contiene docenas de anglicismos, así como también se puede encontrar la huella británica en algunas costumbres y en la gastronomía.